3. EN ESPIRITU DE FAMILIA
El espíritu de Familia Salesiana caracteriza nuestro modo de ser, que se convierte en acogida para todos aquellos que están deseosos de cultivar el amor a los dos pilares - Jesús Eucaristía y María Auxiliadora - y de ayudar a los jóvenes y a los pobres en particular, en armonía con el Sistema Preventivo. Por eso nos sentimos puerta de la Familia Salesiana. Como puerta queremos ser capaces también de mirar «fuera» y salir al encuentro de la pobreza material y espiritual.
De la misma manera vivimos la responsabilidad de la Asociación, buscando ofrecer una animación cualificada y eficaz que nos ayude también a expresar plenamente nuestra vocación laical.
La corresponsabilidad en la misión de la Iglesia y el apostolado cristiano laical son un modo de seguir a Don Bosco y de contribuir a la misión de la Iglesia.
Experimentamos la belleza y la fecundidad de la complementariedad entre laicos, consagrados y sacerdotes: compartir el camino en la diversidad de las vocaciones es un testimonio de unidad y de apoyo mutuo. En este camino, tengamos cuidado de no clericalizar a los laicos ni considerar intercambiables los distintos estados de vida, sino de valorar la convivencia y los diferentes dones, tareas y ministerios.
“Hic domus mea inde Gloria mea”: un viaje que se extiende desde Valdocco al mundo entero
Del discernimiento iniciado por el Consejo de la ADMA Primaria, con la confrontación con los grupos locales, la Congregación Salesiana y la Familia Salesiana, está surgiendo la necesidad de una animación más continua, amplia y articulada de los Grupos de la Asociación en el mundo y de una mayor puesta en común de lo que hace la ADMA Primaria.
Sobre el primer aspecto, sabemos que tenemos un largo camino por recorrer para recoger un mayor conocimiento del ADMA en el mundo, dónde está presente, a quién se dirige, qué caminos y actividades propone, cómo se inserta en la vida de las obras y en las realidades locales, cuáles son las buenas prácticas y las necesidades. Favorecer el encuentro, el diálogo y la escucha entre las distintas realidades continuando y consolidando la experiencia de los encuentros a nivel regional, valorando también la identificación de referentes regionales con los que facilitar la animación de la asociación a nivel mundial.
Como ADMA Primaria, nos sentimos privilegiados de representar a todos y cada uno de los grupos locales de la Asociación aquí en la Basílica de María Auxiliadora. Un vínculo, el de la Basílica, que pertenece a toda ADMA y es la base de su ser y de su misión. Todos y cada uno de nosotros somos piedras vivas de la Basílica, para llevar la presencia de Jesús al mundo, ¡con la ayuda de María!
En los últimos 15 años hemos sido testigos de cómo Jesús, a través de las manos de María, ha renovado profundamente la ADMA Primaria de Valdocco. Esto ha sido posible gracias a la incorporación de un grupo de familias jóvenes que desde hace varios años, acompañadas por algunos sacerdotes salesianos, caminan tras las huellas de Don Bosco, en oración con la Palabra, la Eucaristía y poniendo a Jesús en el centro del matrimonio y la educación de sus hijos. La propuesta del ADMA de Primaria volvía así a poner en el centro la relación personal con Jesús, para ser vivida en la vida cotidiana y familiar. Junto a la celebración del 24 de cada mes, que representa el momento central e indispensable del camino de la Asociación, se han introducido retiros mensuales (un domingo al mes, ahora propuestos en dos fechas y dos lugares para favorecer la participación) y ejercicios espirituales anuales (ahora 4 días en verano en la montaña y en Valdocco). Al mismo tiempo, la propuesta se ha ampliado: tanto por el crecimiento del número de familias, con el enriquecimiento de la propuesta para la vida de pareja y la educación de los hijos, como por la presencia de adultos de todas las edades.
Con un número tan elevado de familias, la ADMA Primaria ha tenido la gracia de poder interesarse directamente por los jóvenes, especialmente por los hijos de los matrimonios participantes. Ofrecemos a los jóvenes una propuesta coherente con la de los adultos, estudiando diversas formas de colaboración con la Pastoral Juvenil Provincial y el Oratorio. El Espíritu de Familia es lo que nos impulsa a comprometernos de nuevo con las realidades locales. Queremos potenciar la pertenencia de los miembros a las comunidades locales, para que ADMA no sea un «movimiento» en sí mismo que atrae a la gente lejos de la realidad local, sino una célula vital de la Familia Salesiana local donde vivimos y trabajamos.
Por último, subrayamos la importancia de estar insertos en la vida de la Familia Salesiana, a nivel local, inspectorial y mundial, a través de la participación a la CEP de María Auxiliadora, a la Consulta Inspectorial de la Familia Salesiana y a la Consulta Mundial de la Familia Salesiana.
Comments