ADMA PRIMARIA – EJERCICIOS ESPIRITUALES: “LA GRACIA VALE MÁS QUE LA VIDA”

Más de 450 personas entre julio y agosto han participado en los ejercicios espirituales dirigidos por don Alejandro Guevara Rodríguez y don Roberto Carelli. Se trata de una experiencia de familia a 360º: los padres tienen tiempo y espacio para la oración litúrgica y silenciosa siguiendo un camino de meditación que este año ha tenido como tema: “Tu gracia vale más que la vida” (Sal 63,4), distribuido en tres meditaciones:

1. Pensamientos nuevos: reencontrarse con la Palabra y la Oración. 2. Vida nueva: relanzar la práctica de las virtudes, particularmente la humildad y la caridad. 3. Relaciones nuevas: las “dos columnas” del sueño de Don Bosco, las personas de Jesús y María, los dos resucitados; en concreto, la Eucaristía y el Rosario, los Sacramentos de la Comunión y de la Confesión. Reflexiones, estas, que han encontrado posteriormente inspiraciones e inicitaivas en algunos párrafos de la Filotea de San Francisco de Sales.

Mientras los padres viven esta experiencia de los ejercicios espirituales, los niños, los muchachos y los jóvenes, dirigidos por los animadores, hijos mayores de estas mismas familias, transcurren su jornada con actividades diversas y bien preparadas con juegos, oración y formación, fruto de una atenta preparación pensada durante el año y viviendo en concreto el precepto de San Francisco de Sales: “Haced todo por amor, nada a la fuerza”.

Presentamos algunos testimonios de los participantes:

El amor de Dios me precede y es lo más grande de todo: más que todo mi pecado, miedo, miseria, lejanía. Soy amada, deseada, buscada. El padre quiere hacerme el mejor regalo: Jesús. Yo solo “tengo” que abrir mi corazón para acoger este don. Dejarme amar por Dios. Y recambiar este amor: amar a Dios y a los demás.

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Verdaderamente tenía necesidad de pararme, de vaciarme a mí mismo de todas las angustias y preocupaciones para “llenarme” de la Gracia de Dios. ¡Cuántos regalos recibimos cada día y muchos que he recibido en el retiro, a través de la oración, la adoración y los momentos comunes! ¡Todos nos llevan a Jesús!

¿Qué me he llevado a casa?: “La caridad y el amor”.

Gracias a ella somos capaces de amar a Jesús sobre todas las cosas y ella es la que hace posible amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Jesús.

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De estos ejercicios he vuelto a casa con el deseo de crecer en la vida de Gracia y de vigilar sobre todo aquello que obstaculice la humildad profunda, única condición para dejarse llenar de Dios.

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Es una experiencia que celebra el primado de Dios en nuestra vida creando las condiciones necesarias para dedicar tiempo y voluntad a la Oración y a la meditación. El ambiente de montaña inspira al corazón con su belleza que habla de Dios. Los encuentros con las otras familias abren el corazón a la comunicación. Para nosotros ha sido una experiencia gozada y disfrutada por todos, padres e hijos y también la experiencia de juego y comunicación con los otros niños y con los animadores ha sido de gran satisfacción. Para nosotros es ya una fecha fija desde hace años y damos gracias a la Providencia por esta oportunidad anual de restauración.