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“LA VIRGEN DE LOS TIEMPOS DIFÍCILES”

Queridos amigos de ADMA:

Todos recordamos aquel momento en el que Don Bosco hace a don Cagliero la famosa afirmación: “La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxilium Christianorum: Corren tiempos tan tristes que tenemos necesidad de que la Virgen Santísima nos ayude a conservar y defender la fe cristiana” (MBe VII, 288).


Cada uno de nosotros experimenta y vive situaciones dramáticas, inéditas en el mundo actual: virus, guerras, pobreza, injusticia. La fe de los creyentes, la misma vida de la Iglesia y el ministerio de sus Pastores está sujeto a duras pruebas buscando nuevas reformas sociales y políticas, para la educación integral de los jóvenes y la promoción de las clases populares.


Si la de la Auxiliadora es una dimensión mariana específica para el tiempo de dificultad, si Don Bosco y su Familia han sido suscitados por el Espíritu como instrumentos especializados y eficaces para propagar su devoción en la Iglesia, hoy estamos invitados a relanzar la devoción mariana ante las dificultades de la Igelsia y de la Sociedad. Nos puede ayudar en este desafío entender mejor el itinerario espiritual que nuestro Padre Fundador ha vivido en el crecimiento de su amor a la Virgen.


Don Bosco no ha llegado por casualidad a tal devoción, ni depende de una aparición local: se presenta más bien, como la maduración de una línea espiritual y apostólica que se ha ido precisando y desarrollando con las aportaciones de determinadas coyunturas históricas, leídas a la luz de un profundo diálogo personal con el Espíritu Santo, tan familiar en el transcurso cotidiano de la vida de Don Bosco.

La Auxiliadora aparece como la cúspide de lo que Don Bosco sentía de María: abogada, auxiliadora, madre de los jóvenes, protectora del pueblo cristiano, triunfadora de las herejías, auxilio de la Iglesia en la dificultad, baluarte del Papa y de los Pastores acosados por las fuerzas del mal.


Tal devoción a la Madre de Dios es la concretización práctica de aquella santidad de la acción que ha caracterizado la espiritualidad de Don Bosco. Bastaría recordar su diálogo con el pintor Lorenzone, al que pedía representar a la Virgen en el centro de un gigantesco dinamismo eclesial (Mbe VIII, 17). O mirar el cuadro actual de la Basílica de Valdocco para descubrir una connaturalidad entre el espiritu salesiano impregnado de apostolado eclesial y la devoción a María Auxliadora.


Hoy nos sentimos llamados, con todos los grupos de la Familia Salesiana a hacer conocer y amar a la Virgen, sobre todo a las nuevas generaciones de jóvenes que tienen hoy más que nunca, hambre y sed del Amor de Dios.


“...María: abogada, auxiliadora, madre

de los jóvenes, protectora del pueblo

cristiano...”


Renato Valera, Presidente ADMA Valdocco.

Alejandro Guevara, Animador espiritual ADMA Valdocco.




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